¿Arrendar o comprar? Cómo tomar la decisión de invertir en un nuevo hogar

Cuando finalmente llega el anhelado momento de independizarnos y buscar nuestro propio hogar en el mundo, inevitablemente nos enfrentamos a ciertas preguntas que nadie sabe bien cómo responder. ¿Arrendar o comprar? Es una de ellas, y en esta nota te presentaremos algunas ventajas y desventajas de cada opción, para que tomes una decisión informada.

Ventajas y desventajas de arrendar

Una de las ventajas más notorias de arrendar es la flexibilidad que esta opción ofrece. Si eres una persona que viaja mucho, que se cambia constantemente de lugar o que no tiene proyecciones claras de formar una familia, entonces arrendar es la mejor alternativa para ti, ya que, te la libertad de cambiarte cada vez que termina tu contrato.

Además, esta modalidad solo requiere trámites sencillos. Se solicita poco papeleo y la vivienda se entrega casi de inmediato. Por esta razón es que arrendar generalmente es la opción más fácil a la hora de buscar un lugar para vivir.

Esto último no es un tema menor, ya que, para comprar una vivienda el interesado deberá pedir un crédito hipotecario. Estos son préstamos de gran magnitud, y que los bancos solo otorgan a personas que tengan una proyección laboral de entre 15 o 20 años. Por este motivo, arrendar también es una gran opción para personas de edad avanzada.

Entre las desventajas de arrendar, la primera que salta a la vista es que “estás tirando tu dinero a la basura”. Esto se refiere a que estás entregando mensualmente una suma importante a tu arrendador, en vez de invertirlo en un bien propio.

Sin embargo, esta afirmación no es del todo cierto, como ya explicaremos más adelante. Por el momento, hay una cifra que conviene tener en mente: el canon de arriendo mensual no debería superar el 1% del precio total de la vivienda.

Hay otras desventajas que suenan menos dramáticas que la anterior, pero que resultan mucho más concretas en términos prácticos.

La primera, es que arrendar limita las posibilidades en cuanto a arreglos y modificaciones que se quieran hacer en el hogar, ya que, todas tendrán que ser aprobadas por el dueño o dueña de la propiedad. La segunda, es vivir con la presión de que, en determinado momento, el propietario te pida la vivienda y la tengas que desalojar.

Ventajas y desventajas de comprar

El sueño de la vivienda propia tiene sus ventajas evidentes. Se trata adquirir un lugar que va a ser tuyo en tu paso por este mundo. Allí puedes hacer todos los arreglos y modificaciones que quieras y, finalmente, quedará como una herencia para tu familia.

Otra cuestión destacable es que comprar una vivienda es hacer una inversión a futuro, puesto que esta irá subiendo su valor con el paso del tiempo.

Como guinda de la torta, esta inversión incluso te puede traer ganancias al corto plazo, arrendándola mientras terminas de comprarla. Es decir, “que se pague sola”.

¿Cuánto se debe cobrar por el arriendo? Para estos casos también hay una fórmula sencilla que conviene anotar: a la cantidad que pagas como cuota del crédito hipotecario, hay que sumarle el 6%. Ese será su precio en el mercado.

En cuanto a las desventajas de comprar una vivienda, la primera es el compromiso que implica. Atarse con un crédito hipotecario a 15 o 20 años es algo que asusta a cualquiera y es una decisión que no puede tomarse con calma a menos que tengas estabilidad financiera proyectable a largo plazo.

Tampoco debes olvidar que como propietario tendrás que hacerte cargo de todos los gastos de mantención de tu vivienda, que no son pocos. Y que debes hacer periódicamente para que la propiedad mantenga su valor.

Finalmente, comprar te limita en cuanto a las posibilidades de elegir el barrio en el que quieres vivir. La oferta es mucho más amplia para arrendar que para comprar.

¿Cómo decidir si arrrendar o comprar?

Para decidir si arrendar o comprar, hay un par de preguntas que debes responder y un cálculo básico que te puede ayudar.

La primera interrogante tiene relación con tu estilo de vida. ¿Tienes en mente asentarte y echar raíces? Si tu plan es hacer familia, te vendría bien comprar. Si, por el contrario, buscas una vida más libre y sin ataduras, tu opción ideal sería arrendar.

En términos financieros, hay un cálculo básico que te puede dar una idea más clara de cuál opción es más conveniente para tu bolsillo. Lo primero que debes hacer es un presupuesto mensual de gastos en los que tendrías que incurrir en cada una de las opciones.

Si al sumar las cuotas del arriendo de un año, estas son menores a lo que pagaríamos por las cuotas e intereses del crédito, más las reparaciones, impuestos y seguros de administrar una vivienda propia, es conveniente arrendar.

Por el contrario, si el costo de arriendo anual es mayor al del crédito hipotecario, lo más recomendable es comprar.

Muchas veces, al hacer este cálculo se cae el mito de que “arrendar es tirar el dinero a la basura”. Y también salta a la vista que lo más recomendable es ahorrar la cantidad de dinero suficiente para comprar contando con un pie holgado, que abarate nuestras cuotas hipotecarias posteriores.

Ya sea que decidas arrendar o comprar, no olvides contratar un seguro que proteja tu hogar en caso de cualquier incidente.